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“Con lo que se tiene se hacen las cosas… y bien en salud Angolina…”

admin el 13-04-2015, visto 1069 veces 0
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​Junto a los prejuicios de atenderse en la salud pública: “Hospital de Angol” y después de compararla con la atención recibida en las clínicas privadas: “no hay nada que envidiar ni aprender”.

Es asombroso el desarrollo humano y avance tecnológico que ha experimentado el hospital angolino; desde su ingreso, atención, mantención y egreso de este establecimiento de salud pública.

El éxito se debe a los protocolos que se cumplen con celo riguroso desde la consulta del facultativo; oficina de recaudación; pabellón de cirugía; sala de post-operado; sala de enfermos; y alta médica para egresar de dicho centro de salud; curaciones y tratamiento; siempre presente, el médico y enfermeras.

Pude observar y admirar el trabajo profesional, esmerado, afectuoso y muy atento de sus trabajadores y asistentes diversos que no encontré cuando estuve en las clínicas privadas, donde los médicos no estaban: “respondían las enfermeras frente a la consulta, la duda o la indecisión del paciente”; la salud pública está en buenas manos en Angol.

El trabajo en equipo (que puede servir de ejemplo en la Educación) formado por los Drs. Flores, Dr. Parada y principalmente Dr. Oscar Soto Sarmiento; la prestigian y enaltecen.

Hoy la salud pública está mirada desde el paciente: hoy los médicos no son dioses, ni menos ajenos al dolor humano, donde se lucha y vence este, en estos establecimientos hospitalarios; siempre consultados, siempre informados, siempre educados como sujetos de derechos y deberes, considerando fortalecer y estimular al que llega con sufrimiento allí.

Conversando con el personal en cada instancia; recibí muy buenas atenciones y amabilidad; donde se manifiesta su mayor orgullo es que las condiciones de infraestructuras solo han sido reparadas después del 27 F, y no son impedimento para cumplir bien con sus deberes; la respuesta de todos ellos como un equipo de trabajo fue: “con lo que se tiene se hacen las cosas… y bien”.

El dolor físico, para mi ignorancia, está graduado de 0 a 10 y en cada dígito se le pregunta al enfermo: “¿cómo se siente Ud. de 0 a 10?; donde el 0 es muy incipiente y el 10 casi irresistible”.

Lo anterior es otro cambio de mirar el dolor desde la perspectiva del que está sufriendo y no desde el que la estudió para ser profesional de la salud.

Gratitud y sinceros agradecimientos a los héroes anónimos de la salud pública, que requieren con urgencia mayor compromiso de las autoridades; de sus equipos de trabajo, de la ciudadanía y del público en general; una comprensión cuando no está todo lo que se requiere.

Siempre faltan manos dadivosas y recursos económicos que agregar en este ejemplar servicio médico y de salud angolina.