DULCINA CEA: YO QUERÍA UNA HIJA; DIOS ME ENVIÓ UN ÁNGEL
Carolina Esperanza es la bebé de 9 meses que día tras día sorprende con sus ganas de vivir.
Nació con 38 semanas, pesando 2 kilos 490 y midiendo 46,5 cms. Su madre la envolvió entre sus brazos y la recibió sin ignorar lo que vendría: Trisomía en el Cromosoma 18 es el diagnóstico.
Este trastorno genético presenta una combinación de defectos congénitos que incluyen problemas de salud que comprometen a varios sistemas del cuerpo. En el caso de la pequeña "carito", una secuela pulmonar derecha con requerimiento de oxígeno, epilepsia refractaria, fisura de labio leporino, microcefalia, entre otros diagnósticos.
Su familia poco la disfruta; prácticamente vive en hospitales. Sin embargo, para estar en casa necesitaba una máquina de aspiración de secreciones dado sus continuas apneas, y la cual gracias a múltiples gestiones el municipio de Renaico facilitó junto a un saturómetro pediátrico para controlar la respiración.
"Me hicieron clase de oxigenoterapia para ayudar a mi hija. Aprendí a preparar medicamentos ya que usa 11 convulsionantes. Me siento preparada para atenderla", cuenta la desesperada madre, Dulcina Cea.
Hoy, Carolina se encuentra estable dentro de su patología y con alta hospitalaria que incluye indicaciones para permanecer en su hogar junto a sus padres y su hermano Heriberto de 7 años.
Entre lágrimas, su madre agradece el apoyo de todos quienes la han acompañado en este duro proceso, destacando los aportes que permiten costear el régimen Similac Neosure, pañales y los pasajes. "Me da vergüenza sentir que ando pidiendo limosnas. Pero tomé la decisión de dejar de llorar y hacer oídos sordos. Quien importa es mi hija y seguiré dando la batalla".
Emocionada, Dulcina cierra los ojos sin antes pronunciar: "yo quería una hija; Dios me envió un ángel.
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