“DÍA MUNDIAL DE TOMA DE CONCIENCIA DEL ABUSO Y MALTRATO EN LA VEJEZ”.

Los datos dados a conocer esta semana por la encuesta CASEN 2015, dan cuenta de que un 17,5% de la población en Chile es adulta mayor, se trata de un país envejecido, donde casi 3 millones de personas tienen más de 60 años y el índice de envejecimiento alcanza la cifra de 86 personas mayores por cada 100 menores de 15. En estas cifras se destaca que el 85% son autovalentes, el 29% participa en una organización y el 34% de las viviendas del país, tiene como jefe de hogar a una persona mayor. En cuanto a la distribución por genero, el 57.3% son mujeres y del total de la población el 21,6% vive en pobreza multidimensional, es decir, las personas mayores son más pobres que el resto de la población en Chile y existe una brecha de desigualdad entre hombres y mujeres.

Repudio al maltrato.

El Envejecimiento activo, planteado desde la OMS como el desafío de dar calidad a los años que hemos ganado, constituye la base sobre la cual el empoderamiento de la población mayor en el marco del envejecimiento nacional avanza a un nuevo escenario y el repudio a todo tipo de maltrato a la vejez es el primer paso. Estamos frente a un fenómeno sin precedentes, donde el proyecto de vida de cada uno de nosotros no consolidó gestión ni argumentos para vivir tantos años, de ahí, el motivo de la vejez cargada de estereotipos negativos, falta de especialización para asumir responsablemente las necesidades surgidas del envejecimiento poblacional y la escaza percepción del aumento del peso electoral de este grupo etareo. En muchos casos, el maltrato a las personas mayores se naturaliza asumiendo que son el pasado, sin reconocer el aporte que constituyen en presente y futuro, este tipo de maltrato estructural, sumado al aumento de expectativa de vida, la nueva composición de la familia, que ya no está en condiciones de asumir el cuidado de largo plazo y el aumento de los cohortes poblacionales mayores de 80 años, reconocido como envejecimiento de la vejez, dan resultados nuevos escenarios de dependencia y discapacidad, cuyo efecto en las vidas de las personas grafican la necesidad de generar un cambio cultural, sistemas de cuidado de largo plazo especializado, de alto estándar socio sanitario y enfoque de derechos humanos, así como también modelos preventivos de buen envejecer. Es tiempo de comprender que las personas no pierden derechos por envejecer y el maltrato debe ser denunciado.

Llamado al buen trato.

Desde el ejercicio de la gerontología, hago un llamado público: a valorar la presencia de las personas mayores en la familia, a promover el diálogo entre las distintas generaciones, a respetar los derechos de las personas mayores, a promover un cambio cultural centrado en la atención a las personas y a propiciar condiciones políticas de dignidad en las pensiones, respeto, bien estar, cuidado y buen trato a la vejez.

No olvide: la vejez de otros, es nuestra propia vejez!